Delante de tus ojos

Atenta al sonido de tu motor, esperando tu despertar, 
me ayudas, sin ver ni sospechar, a desgranar los residuos de la ansiedad,
 así me despierto, y vivo en mi cuerpito que andaba vivo sin mi,
ahora ha venido hasta mi y yo partí con él, el sinsentido se fue... 
Alimenta mi esencia de amante y oyente, mientras, yo mujer, 
me descubro en el reflejo de tu ingenio y recuerdo, para siempre, no olvidarme más,
qué bello cuando veo que amanezco en la gestación de mi propio fluir,
y recupero mi corriente y conmigo, lentamente, el inevitable poder de crear. 
Pero sigue, sigue trayendome tus ideas abriendo la tapa de mi cabeza,
échalas a las brasas que no se esfumen! 
Al pie de la cama escucharé los relatos de tus sueños
antes de que se borrenen el alba, 
y no  dejaré que se extingan, los haré mi tesoro,
mientras tu me los confiés los juntare con mis sueños,
y de ser necesario moriré por ellos, y cuando eso suceda, volveré a nacer
tan pronto como alguien piense en amor,
tan pronto como un viajero lance un suspiro,
tan pronto como salga el valor de la boca de un habitante en invierno.