Pensamientos blancos de maldad



Pensamientos al vacío
son los dardos de mi mente
que mañana nublaran las respuestas,
que se hacen al borde de la cama a las 14:32...

Pensamientos al vacío,
son los atajos largos a un plácido lugar,
que me acompañan mientras piso,
las chapas que la lluvia más tarde hará sonar.

me despido por momentos de las consecuencias
y preparo un liviano cementerio para abrirlo en navidad,
sospecho que las frutas rojas están hechas de la sangre
de la hija de un Dios que no la quiere mostrar.

Leo las letras de las paredes
que no están escritas y son las que más quieren hablar,
siento frío en este techo
y el aire entre las higueras trae la tierra a mi boca.

Pero desde aquí no sólo puedo ver si vienes o si vas,
también puedo captar el vistazo que al cielo le has de echar,
y ser el blanco de tu mirada sofocada,
cuando le preguntes al cielo si tu vida es tan jodida
o si te tragaste el vaso de agua con el vidrio entero.

Y al verme aquí arriba de los ladrillos colorados y las chapas azules
pensarás que, sí aún puedes preguntarte las dudas y si aún puedes crearlas, entonces tan jodido no estás.

Adivina qué? Todavía puedes subirte al techo,
mejor todavía si despacio vienes,
para sudar la preguntita que rebota en tu potrero,
¿Lo que rompe la barrera del tiempo será mi denso pedalear?

El cielo se torna violeta y rosa, que tierno,
se vuela y al final siempre es negro.
A todos nos cae un solcito que nos hace más celestes,
nos despeja la cabeza.

Cuando nuestras diferencias no son tan grandes, amainamos y nos subimos a un techo o nos cavamos una madriguera, ni menos ni más que nadie, ni necesidad de pedir perdón, respire y fume tranquilo. No se detenga, disfrute el atardecer.
Y de ser posible no suba al techo, puede resultarle tan bello como fatigoso
y podría querer quedarse viviendo aquí, me temo que no he aprendido a compartir.

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