De la poca predisposición civil-comunitaria y las excepciones

Sabes tu de la hermosura?
Sabes tu de la peligrosidad?
Sabes tu de la velocidad con que mata la ternura  y la hermosura fusionada al abandono, en el momento exacto en qué un extraño levanta la mirada y se choca con la mirada de otro extraño que realmente la necesitaba? 
Sabes tu de la calle y el abandono, de los trapos, del barro y de los lobos?
Sabes acaso si un vagabundo en realidad necesitaba un abrazo o lo das ya por perdido, lo das por pérfido y ambicioso?
Realmente crees que un vagabundo puede llegar a pensar sólo en dinero, en serio? Sólo basta mirarlo para saber qué eso no ha de importarle más que un par de horas al día.
Una amiga abrazó a otra mujer que limpiaba vidrios a la vuelta del Instituto de Música, y lloro hasta casi hacerse pis, una amiga nació de nuevo, descubriendo mil mundos nuevos,
devolviéndole el valor a la moneda que debiera ser corriente, al antiguo remedio casero del abrazo.
El santiamén de la reivindicación.
Cómo olvido y olvidamos entre tanto lamento y éxtasis momentáneo, las emociones de los demás los que nos rodean indirectamente, que no son puro material de escenografía, son personas, que viven en la calle, niños y adultos qué han sido niños.
A caso alguna vez te atreviste a imaginar cómo habrá sido ese vagabundo que ahora conoces cuando era niño? 
Como puedo sentir qué pasaría si me adueño de un perro que vive cualquier esquina y me lo llevo a mi casa y lo hago mi compañero, así podría y debería sentir plenamente y con luces de felicidad, lo que pasaría si me toca la amistad de una persona llena de experiencias, una persona qué sabe cosas que jamás sabré, 
alguien desposeído de la continuación de la propiedad personal, alguien que me contaría algo que no podría predecir. 
No corremos por miedo a una lepra cuando alguien de la calle se nos acerca, no nos apartamos por sospecha, nos apartamos por enfermos qué hemos de estar, contaminados en la mente, siempre pensando para mal... 



Comentarios

Entradas populares