Todo es tan inútil

Ay, Nahuel todo es tan inútil, pedirte que no fumes todo el día, pedirme que no tenga libros por todos lados. Pedirte que no tires todos los papeles que encuentres porque podrían ser poemas míos sin terminar que nunca terminarán o que están empezando o que simplemente necesito conservarlos por qué me recuerdan algo que no tenemos, o que soy un tesoro que nunca podremos ver.
Siempre pidiendonos cosas, nunca dando por dar. Nunca podremos aprender a dar inocentemente estando el uno con él otro. Aprendí a ejercitarme, aprendí a adiestrarme sin zurdajes, siguiendo este entrenamiento de cómo ser mejor persona pero no aprendí a ser mejor persona. No quiero decepcionarte más y a la vez diciendote esto te decepciono, ay Nahuel, te dije que no me eligieras y ahora me acorralas. Yo que pensaba que más mala no podría ser y todos los días me supero. Mañana te extrañaré. Si soy capaz de decir eso es porque soy así de inútil. Ay, Nahuel ¿Por qué todo es tan difícil para nosotros? Si somos dos pobres pibes que piensan que son ricos porque de vez en cuando se le caen dos ideas con olor a rico, pero que pueden ser venosas como las mandarinas que larga el mandarino de la loma de Santa Fe y Quintana, y a pesar de eso incluso no le hemos hecho mal a nadie más que a nosotros mismos, el uno al otro o uno a sí mismo. 
Todo es tan inútil Nahuel, le estamos jugando una carrera al tiempo y somos tan inocentes che. No queremos admitir los errores grupales que hacemos como dejar que esto siga pasando. Cada esquina, cada rincón que ocupamos en esta esponjosa dimensión, se quiebra como tallo de rosa lastimando nuestros dedos, dedos que refregamos en nuestras cabezas sacudiéndolas y rogando no volver a encontrarnos, no soñar más lo mismo, y lamiendo la sangre salada que baña las yemas. 
Debemos dejar de soñar con nosotros Nahuel, tu duermes en una cama, yo duermo en otra, tu duermes con una persona, yo duermo con otra, tu duermes en una casa y yo duermo en otra. Te pido formalmente por este medio ficticio también que no ensoñemos más juntos y que todo lo que tengas que decirme lo tires a la suerte y se lo vayas diciendo pedazo por pedazo a diferentes personas, porque decirmelo a mi, sólo llevará a más besos y patadas al corazón, que no resuelven nada mas bien nos envuelven en panqueque. 
Despiertate entonces esta noche asustado, con la sensación de estar cayéndote y abraza tu flor de mi parte, y no la sueltes, y no dejes de regarla. Tal vez esa flor sea el fruto de lo que hemos hecho aquí, liberarnos. 
Adiós Nahuel, se sano, ya te extraño. 


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