Destinos del oficio


Creo que estando dentro del oficio hace años, puedo compartir que, en el sector nocturno, se expande cierta fiebre.
 Me temo que mis queridos colegas sufren de algo inevitable, o más bien, disfrutan el producto que los años de laburo consigo le significan: la locura pálida.
Verán, los primeros síntomas son perder parcialmente buenos modales o simpatías,  los segundos son visibles en el rostro: pálidez y profundas ojeras. Esos somos nosotros, los de las bandejas. Esperan, aguantando, soportando, serviciales, acá estamos. Vengan.
 Años viviendo a contraturno con el mundo, durmiendo de día y no por causas festivas, me hacen creer que debo retirarme de acá antes de volverme totalmente loca, nadie puede morir de camarera,pero puede uno no llegar a vencer la fuerza que lo rodea y convertirse.
Podría retirarme como pienso cada año desde hace 5 años, o tal vez el año que viene porque tengo miedo de no conseguir otro empleo, o tal vez el otro año... ¿Será muy tarde para irme?
No puedo no mirarme las ojeras.

Comentarios

Entradas populares